El trabajo híbrido; oportunidad para catalizar el renacimiento de los centros y vecindarios.
En éste mundo post-pandémico que nos está tocando vivir, si hay un tema que está planteado cuestiones críticas para el futuro de las ciudades, es la adopción de políticas laborales híbridas y/o flexibles en las empresas.
Todo mundo nos preguntamos si los trabajadores (la mayoría de los cuales, actualmente no están atados a sus oficinas, al menos parte de la semana) abandonarán permanentemente las áreas metropolitanas y si este cambio haga que los centros y downtowns se conviertan en pueblos fantasmas.
De hecho, poco a poco comenzamos a ver tendencias en second-home de familias de ciudades como Ciudad de México y Monterrey a otras latitudes como Mérida y la Rivera Maya, cuyas compras tienen el objetivo de tener un espacio a dónde refugiarse “por si a caso“.
Un muy buen insight sobre ésta tendencia puede ser encontrado en la encuesta City Pulse Survey Spring 2022 de Gensler, en donde fueron encuestados 12,500 residentes urbanos de 25 ciudades en cuatro regiones globales, y en donde se muestra que si bien, las personas que laboran en alguna modalidad de trabajo remoto aún tienden a preferir la vida en la ciudad, el trabajo remoto está causando que algunos habitantes consideren mudarse de sus ciudades, además de que la mayoría respaldan estrategias de trabajo flexibles e híbridas.
El documento de Gensler señala que a nivel mundial, el 41% de los encuestados dice que la capacidad de trabajar de forma remota les ha hecho considerar mudarse de su ciudad actual.
Pero es en Estados Unidos en donde se ubican las ciudades con el porcentaje más alto de trabajadores remotos que quieren mudarse (9, de hecho); un sorprendente 71 % de los encuestados que trabajan a distancia en Seattle, el 65 % en Washington, D.C. y el 50 % en San Francisco, han considerado mudarse.
Y como es de esperarse, al observar los datos por generación, casi la mitad de los encuestados que dicen que han considerado mudarse como resultado del trabajo remoto son Generación Z y Millennials, en comparación con solo el 37 % de los Generación X y el 28 % de los Baby Boomers.
Sin embargo, ésto no quiere decir necesariamente que los trabajadores remotos estén huyendo de las ciudades, sino que están tratando de encontrar la ciudad correcta.
Para ésto, en la encuesta de Gesler, se le preguntaron a las personas con una variedad de opciones de trabajo remoto (desde diario hasta nada) a dónde es más probable que se muden, lo cual arrojó algunos datos interesantes:
La mayoría de las personas (80 %) trabajan desde casa algunos días a la (1 o 2 días).
76 % de las personas trabajan desde casa la mayoría de los días de la semana (3 a 4 días).
67 % de las personas que trabajan todos los días desde casa quieren mudarse a una ciudad de cierto tamaño.
Las personas que no pueden trabajar desde casa en absoluto tienen más probabilidades de querer dejar la vida de la ciudad que las personas que tienen la capacidad de trabajar de forma remota.
Una curiosidad que resalta de ésta encuesta es que para las personas que tienen la opción de trabajo híbrido, es más probable que recomienden sus ciudades como excelentes lugares para migrar y laborar.
Para medir ésta probabilidad, Gesler utilizó una métrica de marketing ampliamente utilizada llamada Net Promoter Score (NPS). En dicha métrica, un NPS positivo indica una ciudad con más residentes que la recomendarían como excelente lugares para trabajar que residentes que no lo harían.
Gesler descubrió que las personas que tienen la capacidad de tener horarios de trabajo híbridos tienen un NPS que es 22 puntos más alto que las personas que no los tienen.
Además, Tokio, Berlín y Denver, tres ciudades con un NPS negativo, también son las tres ciudades en las que es menos probable que los encuestados puedan trabajar de forma remota.
Las ciudades seguirán más vivas que nunca
En ésta encuesta, Gesler postula que el trabajo híbrido no significa la muerte de las ciudades. En cambio, éstos hallazgos deberían considerarse como un renacimiento de los downtowns, distritos de negocios y zonas de oficinas. Más aún, las ciudades deben priorizar formas efectivas y creativas para apoyar modelos híbridos de trabajo.
Para seguir siendo competitivas, las ciudades deben reinventar sus centros para que sean más que centros para las grandes empresas; también deben convertirse en centros de estilo de vida que apoyen a la fuerza laboral en cualquier lugar.
Si la creciente clase actual de trabajadores remotos todavía busca la vida urbana, muchos buscarán ciudades que sean excelentes lugares para trabajar en cualquier lugar, y eso a menudo se reduce a ciudades que brindan excelentes vecindarios, accesibilidad para peatones y una amplia variedad de lugares que hagan posible el trabajo “sin ataduras“.
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